15 DE SEPTIEMBRE, EL INICIO DE UN OTOÑO CALIENTE

20/09/2012, Socialismo Revolucionario 

El pasado sábado 15 de setiembre, trabajadores de todo el estado español marcharon por las calles de Madrid en protesta por los brutales recortes en servicios públicos llevados a cabo por el gobierno de Rajoy en lo que supuso el inicio post veraniego de las movilizaciones contra las medidas de austeridad impuestas por los grandes bancos y la UE e implantadas por cada vez más impopular gobierno de Mariano Rajoy.

La manifestación fue convocada por los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, junto a otras 200 entidades cívicas como punto de lanzamiento de una campaña que pretende obligar al gobierno a convocar un referéndum sobre los recortes. La manifestación estuvo compuesta por 10 marchas diferentes que partieron de diferentes puntos de Madrid para encontrarse en la Plaza Colon. Cada una de ellas llevaba camisetas distintivas de diferentes colores: rojas las de los sindicatos, blancas las de sanidad, verdes las de educacion, ...


Aunque era prácticamente imposible acceder al punto final de la marcha debido a la gran cantidad de manifestantes, la delegación del gobierno cifró la participación en unos ridículos 65.000 manifestantes. La estimación de El Pais y otros medios fue de cientos de miles y la de los sindicatos de casi un millón de personas. 

Independientemente del número de manifestantes, la verdadera importancia de la manifestación es la entrada en escena de la clase trabajadora organizada después de la huelga general del 29 de marzo. Dicha huelga fue ignorada por el gobierno de Rajoy y los lideres sindicales ni dieron continuidad a las movilizaciones ni intensificaron su carácter como pedimos desde Socialismo Revolucionario. Sin embargo, la presión desde abajo, sumada al empeoramiento de la crisis y a una nueva agudización de los recortes ha obligado a los sindicatos a convocar nuevas movilizaciones.

A pesar de ello, la petición de un referéndum sobre los recortes por parte de los líderes sindicales Toxo y Méndez no se ajusta ni a las necesidades de la situación ni al instinto de los militantes de base como se ha visto en la reacción de apoyo y solidaridad que han tenido ante huelgas como las de los mineros, las expropiaciones del SAT y en el hecho de que van apareciendo sectores que intensifican su lucha. Sólo dos días después de la manifestación, prácticamente todo el sector de transporte público de pasajeros realizó una huelga en defensa de sus derechos laborales y en contra de la privatización del sector. A pesar de los escandalosos servicios mínimos decretados, el seguimiento de la huelga fue masivo.

Por otra parte, aunque el movimiento 15M ha mantenido hasta ahora una cierta distancia con respecto a los sindicatos, marcharon en un bloque crítico junto a otros movimientos sociales (PAH, Ecologistas en Acción, Attac,), CGT y otras organizaciones de izquierda. En este bloque las demandas iban mucho más allá del referéndum y estaban centradas en el no al pago de la deuda y en la convocatoria de una huelga general. Socialismo Revolucionario es la única organización que reclamo en sus materiales un verdadero paso adelante en la lucha, llamando a una huega general de 48 horas con el objetivo de tumbar al ya débil gobierno del PP. Dicha huelga serviría para poner las bases que permitirían derrotar al gobierno de Rajoy y señalar que el único camino de salida a la crisis es la construcción de un gobierno de los trabajadores que presente una verdadera alternativa socialista.

En este contexto, las condiciones para el desarrollo de una acción más militante en los principales sindicatos son muy positivas. Es realmente alentador ver a miles de trabajadores de todo el estado marchando juntos, pero también es cierto que la marcha carecía de una cierta concreción y que los lideres sindicales siguen haciendo oídos sordos a una demandas de la base que van más allá que las suyas. La prueba de ello es que en los discursos finales de la manifestación los líderes sindicales dieron la impresión de sentirse satisfechos con lo ya realizado, diciendo que ahora la pelota está en el tejado de Rajoy y que de él depende la convocatoria o no de otra huelga general. Es muy poco probable que el gobierno de Rajoy vaya a convocar un referéndum sobre sus planes de austeridad y las vagas amenazas por parte de los líderes sindicales no van a conseguir desgastarlo.

La crisis en España ha entrado claramente en una fase decisiva y la continuidad de las políticas hasta ahora impuestas por la UE, el PSOE y el PP nos continuaran llevando al caos, el desmantelamiento de los servicios públicos y la perdida de todas las conquista de las últimas décadas. Al mismo tiempo, la crisis destapa históricas contradicciones que el capitalismo no ha podido resolver, como las cuestiones nacionales en Cataluña y el Pais Vasco. La lucha por empezar a construir un movimiento unido con un genuino y combativo liderazgo socialista ha comenzado.