LA HUELGA EN PANRICO: UN EJEMPLO DE MILITANCIA DESDE ABAJO Y DETERMINACIÓN FRENTE A LA REPRESIÓN POLICIAL

21/10/2013. Juan Bértiz, SR Barcelona

Las épocas de crisis suelen aprovecharlas las patronales para imponer restricciones salariales y retrocesos en los derechos laborales, más en un contexto como el actual en que los gobiernos aplican políticas de recortes y no parece que haya firmeza en la reacción de los sindicatos. Es la mentalidad del sacrificio, “todos estamos en el mismo barco”, que intentan inculcar entre la clase trabajadora, en buena medida por la falta de alternativas y una sumisa e inoperante filosofía del “es lo que hay”. Lo sabemos quienes hemos llevado a cabo en algún momento dado una actividad sindical.


Por ello anima y nos resulta ejemplar lo que está ocurriendo en PANRICO, una huelga decidida en asamblea el pasado 12 de Octubre en la planta de Santa Perpetua de la Moguda (Barcelona) y que nos parece clave, además de significativa, por dos razones fundamentales: la convocan los trabajadores en un contexto de crisis cuando lo “normal” es el mentado sacrificio y porque se convoca aun cuando el Comité Intercentros había aceptado el calendario marcado por la empresa para el pago fraccionado del salario de Septiembre a lo largo del mes de Octubre y un retraso del salario de Octubre, que se realizaría en Noviembre. De los dos sindicatos que forman el Comité Intercentros, CC.OO. y UGT, el primero apoya la huelga de la planta de Barcelona mientras que UGT defiende el acuerdo.

Así que esta lucha representa un ejemplo valioso de una militancia impuesta desde abajo, un patrón que es imprescindible reproducir en el conjunto del movimiento obrero y sindical frente a la política derrotista y pactista de la mayoría de la dirección sindical.

Hay que tener en cuenta además que PANRICO se halla en preconcurso de acreedores, prevé el despido de 1.914 empleados, casi la mitad de la plantilla, y plantea una reducción salarial del 45%. Además de la planta de Barcelona, la empresa cuenta con centros de producción en Puente Genil (Córdoba), Valladolid, Zaragoza y en Paracuellos del Jarama (Madrid), y otras dos en Portugal. Durante la década de los 90, un momento de expansión de la empresa, se abrió también una planta en Pekín. Entre su fundación en 1962 hasta el fallecimiento de su fundador, el empresario Andreu Costafreda, en 1998, esta empresa creció enormemente y se convirtió en una más de las empresas estandartes españolas en un momento expansivo, y especulativo, del capitalismo español. Pero a principios del siglo XXI la empresa se vendió primero a Apax Partners, una firma de capital de riesgo, en 2005 y seis años más tarde a la empresa especializada en reflotamientos empresariales Oaktree, que es la que gestiona la actual situación.

La decisión de rechazar el acuerdo del Comité de Intercentros por parte de la planta de Barcelona, no fue seguida por las plantas de Córdoba, Valladolid y Zaragoza, en cuyas asambleas se aprobó el calendario de pago fraccionado. Pero no en Madrid, donde se optó por la huelga, aunque no se ha podido realizar de momento por una cuestión formal, en la mediación del Instituto de Empleo de la Comunidad de Madrid, convocada para el pasado 17 de Octubre, no se citó a UGT, que aun cuando no sea convocante de la huelga debe estar presente en la reunión.

La empresa ha calificado la huelga de la planta de Santa Perpetua de la Moguda como ilegal y ha amenazado con medidas más restrictivas –como si las planteadas no fueran suficientes- y la policía autónoma catalana ha actuado con contundencia en contra de los piquetes, pero de momento los trabajadores se mantienen firmes en sus reivindicaciones. El viernes 18 de Octubre se concentraron ante el Palau de la Generalitat, en pleno centro de Barcelona, y defendieron no sólo su huelga, sino que reclamaron una huelga general.



En estos momentos hay muchas otras empresas en una situación similar y que se plantean movilizaciones como las de PANRICO en Barcelona. Para nosotros es evidente que no podemos seguir aceptando más retrocesos, no podemos someternos a la miseria que nos quieren imponer desde las empresas y las diferentes administraciones públicas. Es evidente que el sometimiento a las propuestas de las patronales y la aceptación del “es lo que hay” nos lleva a más pobreza y a más desempleo. Por ello es imprescindible nuestra solidaridad con los trabajadores de PANRICO que luchan por un trabajo digno y una gestión racional de la crisis en la que no seamos los trabajadores quienes, como siempre, paguemos los platos rotos.